Textos bíblicos:
No necesitan médico los sanos sino los enfermos. No he venido a llamar a justos sino a pecadores (Mc 2,17).
Hay más alegría en el cielo por un pecador arrepentido que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse (Lc 15,7)
Texto del catecismo Jesús es el Señor (págs. 110 y 111):
Jesús mandó a los Apóstoles que, en su nombre, perdonasen los pecados.
Los sacerdotes, en nombre de Jesús y de la Iglesia, perdonan los pecados en el sacramento de la reconciliación.
Cuando los cristianos, después del Bautismo, necesitamos recibir el perdón de Dios, celebramos el sacramento de la Penitencia.
Claves para desarrollar:
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- Jesús, como aprendimos con la parábola del hijo pródigo, nos mostró el rostro misericordioso del Padre, que siempre nos espera y nos acoge.
- Jesús murió en la cruz por amor a los hombres, para salvarnos. En la cruz, Jesús nos dio la Vida nueva y nos abrió la puerta a la reconciliación con Dios.
- Después del Bautismo, que perdona todos los pecados, necesitamos el sacramento de la reconciliación para renovar nuestro corazón, manchado por nuestros pecados.
- El sacramento de la reconciliación llena de paz y de alegría el corazón, nos limpia el alma y nos permite volver al mundo llenos de la gracia de Dios.
- Cuando recibimos el sacramento de la reconciliación, la parábola del hijo pródigo se hace realidad en nosotros: recibimos el abrazo y el beso del Padre, nos pone una nueva túnica, un anillo y unas sandalias nuevas para poder caminar por el mundo dando testimonio de que somos sus hijos.
- Para recibir el sacramento son necesarios: el examen de conciencia, la contrición o el dolor de los pecados, el propósito de enmienda, la confesión de los pecados y cumplir la penitencia.
Ayudas para el desarrollo:
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- Tema 37 del catecismo Jesús es el Señor.
- Vídeos sobre el sacramento de la reconciliación
4º – Cuaresma y penitencia – sección sacramental